Ayer fue un día de esos bonitos, de esos que siempre permanecerán en la memoria. Han sido seis semanas intensas que ayer finalizaron en apenas 4h 13′ y 35″.
Mis sensaciones fueron increíbles en todo momento, desde el día previo preparando todo, hasta los dolores y el cansancio que llegó después de la prueba. ¡Me gustó todo! Y lo disfruté desde el primer metro en el agua hasta el último de la carrera en la plaza de Riaza.
Una vez más, tengo que dar las gracias a toda la gente que no dejó de animarme durante todo el recorrido, eso lo hizo todo un poco más fácil, también a los corredores que cada vez que coincidíamos me daban un grito de aliento, sólo puedo decir ¡GRACIAS! Esa sigue siendo la mejor de las victorias.
Me fui de
Riaza
satisfecho por muchos motivos: no me ahogué, no me caí de la bici, y corrí lo que me permitió mi cuerpo después del cansancio acumulado.
¿Con qué me quedo? ¡Con todo! ¿Qué fue lo más duro? Posiblemente las transiciones. Salir del agua mareado, sin poder correr en línea recta…o bajarme de la bicicleta y comprobar que apenas puedo andar… ¡Que gran experiencia! Y sobre todo poder compartirla con tantos amigos. Creo que eso lo hizo todavía más increíble.
El puesto final (quinto) fue una anécdota, lo importante fue mi batalla interior y mi entrega por dar el 100 x 100 en una prueba desconocida para mí. Hace apenas mes y medio era un sueño, ayer se hizo realidad. Soñé e hice todo lo posible para que pasase.
Este fin de semana permanecerá en mi memoria durante mucho tiempo, sobre todo los dolores… ¡Me duele todo el cuerpo!
Pero otro día más y sin dudarlo: ¡¡No pensare y correré!!
@chemitamartinez
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