Las investigaciones de los arqueólogos Santiago Martínez y Víctor Cabañero descubren cuatro tejas romanas fabricadas en el taller de L.C.P. en los siglos III ó IV después de Jesucristo
Fragmento de teja romana, con la leyenda “L.C.P”, hallada en un yacimiento de
Barahona de Fresno
(Riaza
). / El AdelantadoDe forma relativamente frecuente se producen hallazgos de elementos de la cultura material romana en los cuales es posible conocer el nombre, o al menos las iniciales, de su fabricante. Esto ocurre a menudo en el caso de la terra sigillata, cerámica así llamada porque estaba sellada —sigilada— con el nombre del taller que la producía. Y tampoco son extraños los descubrimientos de otros elementos constructivos romanos, como ladrillos o tejas, con el sello de su fabricante.
Las investigaciones que están llevando a cabo el director del Museo de
Segovia
, Santiago Martínez, y el arqueólogo Víctor Cabañero, sobre el territorio de Confloenta, la ciudad romana ubicada en el actual término municipal de Duratón (
Sepúlveda
), han permitido conocer cuál la tejera es más antigua de la provincia con dueño conocido.
Estudiando piezas romanas en el Museo de
Segovia
, Cabañero ha encontrado cuatro fragmentos de tejas —cuyo nombre latino es tegulae— en las que aparece un mismo sello, una cartela de remate semicircular que contiene la leyenda “L.C.P.”. Tres de esos fragmentos pertenecen a un yacimiento de
Bercimuel
que debió de gozar de una larga vida, ya que en el mismo han aparecido cerámicas indígenas datadas en un momento anterior a la llegada de los romanos, así como material romano desde el siglo I a. C. al IV d.C.
Pero, además, en los almacenes del Museo de
Segovia
se conserva una cuarta pieza, de características similares, procedente de
Barahona de Fresno
(
Riaza
), que según Cabañero “posibilita establecer unas fechas en torno a los siglos III ó IV d.C. para la fábrica de las tejas y, por tanto, permitiría afirmar que en esas fechas la producción bajo el sello L.C.P. permanecería activa”. Los dos yacimientos romanos de
Bercimuel
y
Barahona de Fresno
, separados por media docena de kilómetros, se sitúan en el cauce del río Barahona, tributario del Riaza.
¿Qué nombre esconde L.C.P.?. Cabañero señala que, de acuerdo a la transcripción más seguida para esa época, la letra inicial L podría corresponderse con Lucio, si bien advierte que “esa interpretación debe tomarse con todas las reservas”. El arqueólogo tiene más claro que el taller el ámbito comercial de L.C.P. “posiblemente se extendiera por el sur de la Sierra de Pradales, llegando hasta la ciudad de Confloenta”, que en aquella época era el principal núcleo de la zona.
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